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Cueva de El Pendo

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Llegada a la Cueva de El Pendo

Salida de la Cueva de El Pendo

La cueva de El Pendo es una cueva prehistórica situada en la comunidad autónoma de Cantabria, en España. Está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008, dentro del sitio «Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del Norte de España» (en inglés, Cave of Altamira and Paleolithic Cave Art of Northern Spain).1​ Ha sido objeto de numerosas excavaciones arqueológicas que han puesto de manifiesto la existencia en el yacimiento de una estratigrafía relevante.

 

 

Entrada a la cueva de El Pendo.

En 1907 Alcalde del Río descubrió en el fondo de la gruta unos grabados que tradicionalmente se vienen situando en el Magdaleniense Inferior y que representarían un ave y un posible caballo. Las campañas de Jesús Carballo sacaron a la luz una de las mejores colecciones de arte mueble peninsular, entre cuyos objetos se encontró el famoso bastón perforado. Durante los años cincuenta, la cueva registró sucesivas excavaciones que fueron dirigidas por el profesor Martínez Santaolalla y fue sede del II Curso Internacional de Arqueología de Campo en el verano de 1955.

 

Situada en Camargo, la cueva de El Pendo es uno de los yacimientos más citados en la historiografía arqueológica y una de las referencias obligadas en el estudio del Paleolítico peninsular.

 

Entre 1994 y 2000 los arqueólogos Ramón Montes y Juan Sanguino reactivaron los trabajos en la parte más antigua de la secuencia (Paleolítico medio).2​ En agosto de 1997 descubrieron de forma casual un conjunto de pinturas rupestres situadas en un gran friso con una antigüedad aproximada de unos 20 000 años y que habían pasado desapercibidas por la existencia de una costra de suciedad que las enmascaraba. En su mayoría son ciervas, pero también hay un caballo, un posible uro y una cabra, además de diversos signos. Aparecen pintados en óxido de hierro, utilizando las técnicas de tamponado y tinta plana.

 

El valor del descubrimiento estriba en la espectacularidad del conjunto, en la información que aporta sobre el arte rupestre paleolítico y en el hecho de que se produce en uno de los yacimientos del suroeste de Europa imprescindible para el conocimiento de este periodo.

 

Coordenadas    43°23′17″N 3°54′44″OCoordenadas: 43°23′17″N 3°54′44″O (mapa)

País        Flag of Spain.svg España

Tipo       Cultural

Criterios              i, iii

N.° identificación             310

Región  Europa y

América del Norte

Año de inscripción          1985 (IX sesión)

Año de extensión           2008

Descripción

 

En el corazón del valle de Camargo, próximo a la localidad de Escobedo, se encuentra esta cueva de amplia boca y vestíbulo de dimensiones monumentales. Fue excavada en 1878 por Marcelino Sanz de Sautuola y desde ese momento ha sido objeto de numerosas exploraciones arqueológicas que han culminado con el descubrimiento de un importante panel de pinturas rojas en 1997.

gran_pendo_009El estudio de su yacimiento arqueológico ha aportado información clave, al igual que en El Castillo, para el conocimiento del comportamiento humano, la evolución humana y tecnológica, a través del Hombre de neandertal y el Homo sapiens. De este modo, su secuencia estratigráfica y arqueológica, que se inicia al menos hace unos 82.000 a.C. y alcanza hasta el 1.500 a.C., están en el punto de mira de las discusiones científicas.

Además de reconocer actividades vinculadas a la cotidianeidad de estos grupos humanos, el importante conjunto de arte mueble y piezas ornamentales, asociadas a las primeras ocupaciones del Homo sapiens, indican que este espacio subterráneo fue utilizado con otros fines de carácter social. Durante la Edad del Bronce, ya a las puertas de nuestra sociedad, se reconoce el uso del espacio con fines rituales, al haberse encontrado enterramientos y “ofrendas” depositadas entre el caos de bloques.

El ejemplo más destacado del comportamiento simbólico son las manifestaciones artísticas parietales. Hasta el reciente descubrimiento del “Friso de las Pinturas”, únicamente se conocían dos figuras grabadas (al menos una de ellas un ave), descubiertas por Hermilio Alcalde del Río -en 1907- en la parte más profunda de la cavidad.

INTERIOR DE LA CUEVA DE EL PENDOEl “Friso de las Pinturas”, un panel de 25 metros de largo y visible desde cualquier parte de la sala principal, contiene, como un cuadro de grandes proporciones situado en la pared preferente de un gran salón, una veintena de figuras pintadas en color rojo. Destacan las ciervas, con doce ejemplares, acompañadas de una cabra, un caballo, dos zoomorfos indeterminados y varias formas de signos (como puntos, discos y líneas) que generalmente se localizan segregados por los paneles en los que se localizan los cuadrúpedos.

Destaca, al igual que en el caso de Covalanas, la realización de las figuras mediante contorno punteado, bien digital o bien tamponado. Algunos motivos muestran una complementariedad técnica, al combinarse el anterior modo de ejecución con el trazo lineal. La composición de las figuras en el friso, así como las similitudes técnicas en el trazado y el estilo (despieces internos, rellenos totales o parciales de color, etc.), marcan una unidad compositiva de las pinturas que prueban la sincronía en la ejecución. Su cronología, difícil de fijar de manera absoluta, parece situarse en una fase antigua, en torno a los 20.000 a.C.

 

Localización

 La cueva de El Pendo se sitúa en el barrio de El Churi, municipio de Escobedo de Camargo, a escasos metros sobre el nivel del mar.

Se desarrolla sobre calizas arrecifales urgonianas del Cretácico inferior. Geomorfológicamente su localización corresponde a una depresión de tipo endorreica, en relación con la Sierra de Peñajorao, una de las zonas cársticas costeras más importantes de Cantabria.

 La cavidad

 La cueva es un sumidero del río Pendo que canaliza las aguas de escorrentía del valle y que tras 12 Km. de recorrido subterráneo vierten al río Pas.

Se trata de una cavidad de amplias dimensiones (hasta 45 m de anchura y 22 m de altura máximas) de la que destaca su boca de entrada, un sector que dispuso de hasta 600 m2 de superficie útil para los asentamientos humanos. Su desarrollo es de 160 metros.

 

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Historia de la investigación y contexto arqueológico

 Se trata de una cueva con mucha historia. A pesar de ser conocida desde siempre por los lugareños, no fue hasta 1878 cuando se descubre científicamente de la mano de Marcelino Sanz de Sautuola. Desde ese año hasta 1910 fue objeto de varios trabajos arqueológicos por parte del propio Marcelino y de investigadores como Hermilio Alcalde del Río, quien encontró los grabados del divertículo final.

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El arte parietal

 Si bien los grabados del sector final eran conocidos desde 1907, noventa años después se identificaron 24 figuras rojas. Los primeros, localizados en un sector de reducidas dimensiones, corresponden a dos figuras animales cuya temática es rara en el arte paleolítico. Si bien no existen dudas sobre su carácter de aves, menos definible es su identificación, ya que según diversos investigadores pudieran tratarse tanto de un anseriforme como de un alca gigante.

Wikipedia